A medida que me voy adentrando en la lectura del libro de Krishnamurti, me resulta difícil el evitar el "reflejo" de volver a viejos patrones del condicionamiento.
Rescato lo bueno de darme cuenta.
Y es por eso que -tratando de "evitar pensar en el elefante rosa", tarea ardua, pero posible al fin- es que quiero seguir compartiendo su estudio y mi opinión con Uds.
Sí, desde el llamado "uso de (la) razón" nos encontramos condicionados a diversos factores que hacen al "gran paquete" de nuestra "cultura particular".
Pero...¿hasta que punto caemos en la cuenta de este condicionamiento?
Y al pensar "debo liberarme de él" y como les decía al principio...¿no existe la posibilidad de caer en otra forma del mismo?
Krishnamurti nos plantea el quid acerca de cómo darnos cuenta si estamos o no condicionados.
Y nos brinda un ejemplo claro al explicar ésto a traves de una palabra: satisfacción.
Si nosotros nos encontramos satisfechos por ejemplo, de nuestra religión, no tendremos porqué rebelarnos contra ello.
Ahora bien: ¿y si no lo estamos?.
Aquí es donde nos sentimos presos de prescripciones pasadas.
Resultado: estamos viviendo en el pasado de los muertos.
Esto me recuerda una charla que tuve hace muy poco con un amigo muy querido a quien no veía desde hacía 30 años.
Como toda charla, empezó en forma casual y luego se fue profundizando.
Me gusta escuchar siempre el doble de lo que hablo y escuché con atención su punto de vista acerca de su parecer respecto del pasado.
Con su parecer empecé a comprender que, en muchas de mis actitudes, yo seguía viviendo, en algunos aspectos, en el pasado (aunque debo confesarles que mi primer actitud defensiva típica, fue la de la negación, pero era inútil seguir engañándome).
Pero por más que mi amigo refrendaba su postura de que, por el simple hecho de traer ese pasado, ya fuera lejano, mediato o inmediato, a mi sentir de hoy, era totalmente nocivo, no alcanzaba yo a poner en claro mi presente, esto es, el poder ser libre hoy.
Y por eso quizás, no era todo lo feliz que merezco ser.
Sentí que era un primer gran paso en mi autoconocimiento...y sin condicionarme...por primera vez.
La lucha contra las prescripciones es, a mi modestísimo entender de novata en estas lides, hoy por hoy, diaria.
¿Pero podremos (¿podré?) algún día dejarnos (dejarme) fluir y terminar -sólo porque así lo deseamos y no lo "decretamos"- (y como les decía en mi entrega anterior) con la eterna lucha entre las partes y el todo?
La mayoría de nosotros caminamos por la vida a veces de forma distraída, o deprimiéndonos, enojándonos...en fin, reaccionando...pero casi siempre de acuerdo con el ambiente en que hemos sido educados, adoctrinados.
Conclusión: somos "esclavos".
La pregunta del millón entonces sería: ¿cómo nos liberamos entonces?
Y quiero dejar para la próxima entrega una respuesta posible; y al leerla les pido que no se condicionen por ella.
Si, como los animales, afinamos nuestro "estado de alerta" (así como hace el sabueso que para las orejas y se detiene al oler su presa) ante el condicionamiento, caeremos en la cuenta de que el nexo con el pasado
se rompe (el esclavo rompe las cadenas) y estas prescripciones, como vinieron, se van.
Así, en forma natural.
Hasta la próxima entrega, queridos amigos!
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