viernes, 12 de noviembre de 2010

LA "ANTICULTURA" DEL DISVALOR COMO DIOS SUPREMO

El genial Groucho Marx decía: ‎''Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro''.
Partiendo de esta ácida, descomunal y acertada frase, es que hago mi reflexión de hoy.

Pero más perverso me resulta lo que deriva del análisis del porqué del goce de la gente al hacerse cómplice de dejar al desnudo las miserias humanas, lo más perverso de nuestra sociedad, lo más oscuro, contra lo que muchísimos queremos luchar.
Como se "necesitan dos para bailar el tango", desbrozo las dos partes: el manejo del emisor y la conducta del receptor.
No puedo entender (salvo en el contexto de psicología de masas y su manejo) como puede divertir jugar con la desgracia ajena, con el flagelo del Sida que se ha llevado a nuestros seres queridos, con las golpizas a la mujer (que se ha llevado también tantas vidas anónimas), dejando huérfanos a la buena de Dios, desamparados, siendo víctimas propicias para el abuso, ya que, habiendo visto el maltrato hacia quienes les dieron la vida y considerando que ellos son la prolongación de esta vida apagada por los golpes, el común de la gente no se detiene a pensar que son "corderos de sacrificio" para una vida propensa a los abusos más descarnados.
El nivel a que se ha rebajado a las mujeres, muestra una faz doble: el que rebaja y quien se deja rebajar. ¿No es otra forma de abuso?
¿Hasta que punto una mujer se deja rebajar así, si no es por una autoestima tan endeble como su carrera efímera?, sólo porque quizás de chicas no tuvieron una contención adecuada y fueron empujadas por sus madres a que "hay que ser famosa a toda costa", por eso dejate tocar el culo por cualquiera y encima hacé que te guste....
Repito: es producto de una parte de la sociedad que está muy enferma y con sus vidas vacías y miserables (pero miserables por "la miseria en los valores").
Ya las nenas no quieren ser maestras, doctoras, madres....
Eso no deja plata...fama ya a cualquier precio.
Todo esto, que empezó hace muchos años y me hace recordar a la decadencia de Imperio Romano, es ni más ni menos, que la resultante de años y años de cultura de "Fast Food"; años y años de mamás no revisando los cuadernos de los chicos, de papás maltratadores ( la indiferencia es el peor de los maltratos), de que no exista la mesa familiar sin el aparatejo omnipresente, donde lo que se escucha permanente el chistido de los padres. "...ssshhhh, callate, dejame escuchar, que quiero ver la novela, o cómo se pelean tal y cual..."
Años de soledad que los chicos tragan junto con una comida amarga, tan amarga como la hiel.
Ustedes...que piensan?
Hasta la próxima entrega, mis amigos!!!!
 

Cuando sintonizo algunos de los canales de aire hoy y analizo -tratando de ser lo más objetiva posible-, su contenido, observo que se ha creado un monstruo: una especie de  "destrucción masiva" de las mentes por parte de aquellos que venden su alma al diablo por un poco más de rating...y de dinero (poderoso caballero).

viernes, 22 de octubre de 2010

Autoestima: de mártires y dictadores

Cuantas veces hemos escuchado la palabra autoestima, y cuántas veces la hemos utilizado en forma banal, o contrariamente, en forma reflexiva.
A mi modesto entender, la autoestima comienza en el autoconocimiento o autoconcepto: raíz-madre de todo un proceso que relaciona el ser individual con el ser social.
La familia constituye el tronco fundamental de toda sociedad y tutor particular en donde arraigamos nuestras nacientes raíces.
Pero, fundamentalmente, el eje rector alrededor del cual giramos desde que nacemos.
Es ahí, en el seno familiar, en donde podemos encontrar, muchas veces, mártires, dictadores o una combinación de ambos.
Nuestros mayores pueden inculcarnos la idea "de que nunca has apreciado todo el sacrificio que hicimos  por tí", "que hemos hecho para merecer lo que nos haces" (mártires) o bien estas frases "no sirves para nada", "harás esto porque yo lo digo" (forma dictatorial).
En fin, infinidad de "frases látigo" que marcan nuestra piel interior sobre la que vamos construyendo la idea de nuestra propia valía.
"Dadme un niño hasta los 7 años y haré de él el hombre que será", decían los jesuitas.
En efecto, desde los primeros instantes de nuestra vida, en forma de percepciones primero y en forma de dictados después, se va tejiendo el entramado de nuestra conciencia.
Esa conciencia puede ser constructiva o, por lo contrario, destructiva.
El oír a nuestro mayores decirnos frases tales como "en que nos equivocamos contigo", pasamos a ser nosostros "la equivocación", dado que en la infancia y en la adolescencia no tenemos aún la capacidad de procesar por nosotros mismos los mandatos paternos.
La palabra de ellos funciona como ley.
La misma atención, aunque parezca más cruel lo constituyen las voces dictatoriales que se levantan con su dedo acusador, reduciéndonos al tamaño de una hormiga que puede ser fácilmente aplastada.
La anteriormente dicha frase "no sirves para nada" es a mi entender aún más destructiva en nuestro todavía fragil autoconocimiento.
Porqué? Es simple su comprensión: la autoestima se construye a través del autoconcepto, y uno de sus pilares es la valoración externa, que comienza con nuestros primeros referentes: nuestros padres.
Los otros pilares lo constituyen: la actitud o motivación (los incentivos que forjan, a la manera que el herrero forja el hierro al rojo) internos y externos, las aptitudes (elemento esencial que convenientemente motivado, hacen del niño el hombre que será) y, no menos importante (aunque parezca frívolo, nada más lejos) el esquema corporal que uno tiene de si mismo.
Pues sí, en estos tiempos que corren, en donde parece tener más sentido la belleza exterior, la imagen, por sobre lo interior, es muy difícil, cualquiera sea la edad del individuo (pero más en la adolescencia y juventud), no "claudicar" frente a los falsos mandatos erigidos por una sociedad cruel que impone un modelo inalcanzable para la mayoría, abriendo las puertas a enfermedades como la anorexia o la bulimia, que traen aparejados "la pérdida del combustible vital" para que la mente funcione correctamente.
Es por eso de extrema importancia, realizar afirmaciones para sanar la autoestima herida desde la infancia, para comenzar a ejercitarse en desaprender lo negativo que nos inculcaron...", y sanar a ese niño/a que quedaron escondidos y heridos en nosotros, e ir entonces reemplazando las viejas ideas que construimos, por otras.
Repetir estas afirmaciones con frecuencia es una manera de comunicarnos con nosotros mismos, de ayudarnos a adquirir seguridad y tener presentes nuestros derechos, tales como:
- Realizo mis elecciones y acciones con responsabilidad y sin temor.
- Solo yo decido el modo como utilizo mi tiempo, pongo límites a quienes no respetan esto, y hago acuerdos para combinar mi tiempo con el de otros sin someterme.
- Me aplico a mi trabajo con responsabilidad, pero si algo no va bien, no es porque yo sea un fracaso sino que todavía tengo que aprender más.
- Me hago responsable del modo cómo trato a los demás y evito repetir lo que a mí me hizo sufrir.
- Tengo confianza en poder resolver lo mejor posible cualquier situación.
-Aprendo a comunicar mis sentimientos y respeto los de otros.
- Cambio mis opiniones sin temor si me doy cuenta que no eran correctas.
- Soy una persona valiosa, capaz, creativa, y estoy abierta para cambiar todos los aspectos de mi vida.
Si una persona tiende a valorarse de esta manera se trasforma en el guía de su propia vida y está protegida de sentir culpas irracionales, de creerse incapaz, mala o inútil; de tener que complacer para ser aceptada.
Reflexionemos sobre esto!! Y hasta la próxima, mis amigos!!!!

viernes, 15 de octubre de 2010

Ser libre a través del olvido del pasado - Tercera y última entrega -

Quiesiera compartir con ustedes la movilización que me ha producido la lectura de este libro.
Por supuesto que podría extenderme más: pero no se correspondería con el fin que promueve esta lectura: el pensar por nosotros mismos, sin ataduras, volviendo -como dijera en la primera entrega- a "mirar con ojos de primera vez".
Me quedó en claro que es posible la re-construcción de UNO MISMO, dejando de lado cualquier elemento, llámese social, religioso, ideológico, etc, que puedan seguir significando la continua puja contra las agresiones diarias que desgastan irremediablemente y terminan en una mente cansada, poca afecta al cambio, y con nuestro físico (que debe ser nuestro templo), hecho pedazos.
Si nuestro "viejo cerebro" sigue respondiendo a los patrones prescriptos...¿será posible un cambio total "en cada una de sus células"?
¿Existe la posibilidad de un microcosmos sano dentro de un macrocosmos contaminado?
Día tras día nos "sentimos" (porque así lo elegimos), bombardeados, por ejemplo, por los hechos de violencia del hombre, cualquiera sea su forma...
Y un rictus amargo se dibuja en nuestro rostro cuando pensamos que "no podemos hacer nada", porque nos sentimos impotentes al igual que ante un tsunami que se nos avecina.
Nos entregamos.
Pero esto es falso, porque es posible la acción positiva: ¿porqué? porque el cambio empieza nada más ni nada menos que en uno mismo .
Y si nosotros elegimos no ser violentos interiormente, la vida pacífica (que no significa la de un lama en actitud contemplativa, ni la vida de un eremita), que se traduce en una vida sin competencia, sin codicia, sin envidia y, sobre todo -y qué importante es esto- sin crear enemistades, comenzaremos a potenciar, paso tras paso, la revolución que realmente necesitamos.
Pero, para hacer esto posible, resulta imprescindible cambiar como primer paso; y para eso necesito ver dentro de mí , para poder así dilucidar cuál es la naturaleza y la estructura de mi relación con el mundo.
Es aquí que se nos plantea una cuestión de equiparación: el ver es igual a actuar.
El engranaje está en marcha.
No quiero dejar de mencionar otro factor importante: la energía.
¿Cómo la produzco?
Evitando las fricciones de cualquier tipo, pues ello nos "devora" este elemento tan esencial para la re-construcción, ya que necesitamos de una tremenda cantidad para:
1) Comprender la confusión en la que estamos inmersos.
2) Tener la vitalidad para investigar "lo que realmente tengo que comprender".
Se forma así un "círculo virtuoso" energía - comprensión - vitalidad.
Y que no nos amedrente el tiempo: tengamos la edad que tengamos, siempre es momento para llevar a una dimensión diferente el proceso de la verdadera vida.
Y no está demás resaltar que se debe tener cuidado al hacerlo, para no "tropezar" con la vieja costumbre de "adquirir información" acerca de cómo hacerlo, pues esta "adquisición nos vuelve a viejos patrones del condicionamiento, por mejor intención que tengan.
Quizás los llamados "libros de autoayuda" les hayan servido, seguramente, a los autores de los mismos...pero a nadie más.
Esto no singnifica -de ninguna manera- que nos cerremos al conocimiento y a la información, pero tomándola y respetándola como "otro punto de vista", y, com decíamos antes sin entrar en competencia.
Nosotros somos nuestros propios creadores y nuestras propias creaturas.
¡Enfrentémonos a nuestra propia vida!
Tomemos conciencia, -a través del aprendizaje de nosotros mismos- de que es posible encabezar nuestra propia rebelión contra los condicionamientos.
Y eso, mis amigos, constituye, nada menos, que el verdadero camino hacia la libertad.
Hasta la próxima entrega!

lunes, 4 de octubre de 2010

Ser libre a través del olvido del pasado -Segunda entrega-

A medida que me voy adentrando en la lectura del libro de Krishnamurti, me resulta difícil el evitar el "reflejo" de volver a viejos patrones del condicionamiento.
Rescato lo bueno de darme cuenta.
Y es por eso que -tratando de "evitar pensar en el elefante rosa", tarea ardua, pero posible al fin- es que quiero seguir compartiendo su estudio y mi opinión con Uds.
Sí, desde el llamado "uso de (la) razón" nos encontramos condicionados a diversos factores que hacen al "gran paquete" de nuestra "cultura particular".
Pero...¿hasta que punto caemos en la cuenta de este condicionamiento?
Y al pensar "debo liberarme de él" y como les decía al principio...¿no existe la posibilidad de caer en otra forma del mismo?
Krishnamurti nos plantea el quid acerca de cómo darnos cuenta si estamos o no condicionados.
Y nos brinda un ejemplo claro al explicar ésto a traves de una palabra: satisfacción.
Si nosotros nos encontramos satisfechos por ejemplo, de nuestra religión, no tendremos porqué rebelarnos contra ello.
Ahora bien: ¿y si no lo estamos?.
Aquí es donde nos sentimos presos de prescripciones pasadas.
Resultado: estamos viviendo en el pasado de los muertos.
Esto me recuerda una charla que tuve hace muy poco con un amigo muy querido a quien no veía desde hacía 30 años.
Como toda charla, empezó en forma casual y luego se fue profundizando.
Me gusta escuchar siempre el doble de lo que hablo y escuché con atención su punto de vista acerca de su parecer respecto del pasado.
Con su parecer empecé a comprender que, en muchas de mis actitudes, yo seguía viviendo, en algunos aspectos, en el pasado (aunque debo confesarles que mi primer actitud defensiva típica, fue la de la negación, pero era inútil seguir engañándome).
Pero por más que mi amigo refrendaba su postura de que, por el simple hecho  de traer ese pasado, ya fuera lejano, mediato o inmediato, a mi sentir de hoy, era totalmente nocivo, no alcanzaba yo a poner en claro mi presente, esto es, el poder ser libre hoy.
Y por eso quizás, no era todo lo feliz que merezco ser.
Sentí que era un primer gran paso en mi autoconocimiento...y sin condicionarme...por primera vez.
La lucha contra las prescripciones es, a mi modestísimo entender de novata en estas lides, hoy por hoy, diaria.
¿Pero podremos (¿podré?) algún día dejarnos (dejarme) fluir y terminar -sólo porque así lo deseamos y no lo "decretamos"- (y como les decía en mi entrega anterior) con la eterna lucha entre las partes y el todo?
La mayoría de nosotros caminamos por la vida a veces de forma distraída, o deprimiéndonos,  enojándonos...en fin, reaccionando...pero casi siempre de acuerdo con el ambiente en que hemos sido educados, adoctrinados.
Conclusión: somos "esclavos".
La pregunta del millón entonces sería: ¿cómo nos liberamos entonces?
Y quiero dejar para la próxima entrega una respuesta posible; y al leerla les pido que no se condicionen por ella.
Si, como los animales, afinamos nuestro "estado de alerta" (así como hace el sabueso que para las orejas y se detiene al oler su presa) ante el condicionamiento, caeremos en la cuenta de que el nexo con el pasado
se rompe (el esclavo rompe las cadenas) y estas prescripciones, como vinieron, se van.
Así, en forma natural.
Hasta la próxima entrega, queridos amigos!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ser libre a traves del olvido del pasado - Primera entrega -

Se puede ser completamente libre?
Constituye una entelequia el mirar cada dia, el vivir cada experiencia, experimentar cada emocion, a traves de la mirada con "ojos de primera vez?
Creerian -vean en su interior y respondanse sinceramente- que esto puede ser posible?
Pues bien: por esos "avatares de la vida", cayo en mis manos el libro de J. Krishnamurti "Liberese de su pasado".
Debo confesar que tuve un poco de resquemor para enfrentarme a su lectura.
No me considero adepta la lectura de los grandes maestros (error de considerarlos asi segun Krishnamurti, pero es que recien estoy empezando a descubrirlos), por el temor de simple mortal de "no entenderlos".
Es verdad que se necesita una lectura profunda.
Pero me gustan los riesgos: me atrevo a compartir con Uds lo que voy desbrozando a traves de este libro, aun no terminado, recien apenas por la mitad...
Lo primero que "aprehendi" es que el conocimiento de uno mismo, condicionado ya sea por "maestros", dogmas, imperativos religiosos, ideologias, etc, no nos es util.
Es algo que asombra, no?.
Observemoslo de este modo y cambiemos el sentido a esta frase cuyo esqueleto, simple, despojado, nos hara sentir menos confundidos  y mas abiertos con respecto a lo expresado anteriormente: lo vital, lo realmente importante es que nos comprendamos a nosotros mismos, de una forma completa.
Esto implica que la comprension del pensamiento a traves de cualquier tipo de autoridad, es...destructiva.
Esto, mirado con los ojos del condicionamiento, pareceria casi una locura, quizas hasta una herejia en los casos mas extremos.
Ahora reflexionemos: que pasa entonces si decidimos ser nuestros propios maestros  y nuestros propios discipulos?
No tengamos miedo de estar "solos". Tampoco temamos a lo que podamos encontrar.
Pues solo enfrentandonos al hecho, nos construiremos.
En cuanto apenas realizamos el amago de huir, AHI EMPIEZA EL TEMOR, y, bien sabido es, que el temor no deja avanzar, el temor paraliza.
Al examinarnos internamente, dejamos de lado cualquier tipo de neurosis.
Porque? Es simple: porque ya no existiran diferencias entre uno y la colectividad.
Uno crea al mundo tal como uno es. No debemos perdernos jamas entre esta lucha en la cual caemos tan asiduamente "entre la parte y el todo".
Cuando nuestro pensamiento trasciende la conciencia social e individual, recien ahi encontraremos nuestra propia luz y esa luz que nunca se apaga.
Como podemos realmente estudiar nuestro interior?
Ahi es donde entra, a mi parecer de neofita en el tema, el verdadero quid: ahi "empieza a tallar" la real y justa importancia que debemos dar a la vida relacional, pues "toda la vida es relacion", por el hecho de no ser posible una existencia como un ser aparte, por el simple hecho de que existimos en relacion con las personas, las cosas y las ideas. Y es a traves del "maridaje" (por usar un termino mas grafico y de mejor comprension) del estudio de las relaciones  con las cosas y las personas fuera de mi, con mas el estudio de mi interior (mis cosas, causas, motivos, ideas, etc), que podemos acceder al  conocimiento de nosotros mismos.
Otra forma de conocernos seria nada mas que una abstraccion, y no somos, bajo ningun punto de vista, entidades abstractas.
El estudio se basa en la simple realidad de "como soy" y no de "como deseo ser"
La adquisicionn del conocimiento no conlleva para nada un proceso "intelectual".
Adquirir conocimiento sobre uno mismo y aprender sobre uno mismo, nada tienen que ver el uno con lo otro, por el simple hecho de que el conocimiento acumulado es siempre del pasado y una mente que lleva la carga del pasado esta llena... de pesadumbre.
Los invito a que meditemos juntos esta primera entrega y reflexionemos acerca de este primer paso en la comprension de las palabras de Krishnamurti.
Interesante, verdad?
Hasta la proxima entrega, mis queridos amigos!

lunes, 30 de agosto de 2010

Otra oportunidad

Otra oportunidad

Se sacó los anteojos, y dada su presbicia ya instalada, pudo ver con claridad las agujas del reloj que marcaban las 5 y media de la tarde.
Tomó su saco y salió a la calle. Era pleno invierno, y en momentos oscurecería.
Sintió el frío gélido darle un cachetazo de vida en su rostro.
Meditó acerca de cuanto eso lo molestaba...antes.
Ahora lo gozaba.
No le molestó el colectivo atestado ni el bebé gritando a voz en cuello. Tampoco le importó -como en otros tiempos- no encontrar las llaves en su inmensa cartera. Se tomó su tiempo hasta que las encontró.
Se alegró cuando lo hizo. Le hizo recordar -lo que dibujó una sonrisa en sus labios- cuando sacaba la sortija en la calesita del barrio.
A pesar de la aparente "soledad", se sintió afortunada al verse envuelta en el silencio de su caserón.
Pero no estaba sola...Boris, su perrito callejero que la acompañaba hacía más de un año venía corriendo escaleras abajo.
Mientras lo acariciaba, le habló: -"pícaro, otra vez durmiendo sobre mi cama". Boris saltaba y la miraba con esa mirada que expresaba todo el amor y la gratitud desde que lo rescató de la calle.
Vamos a la cocina? Y la palabra "vamos" producía un efecto en Boris que lo hacía saltar excitado como si le prometieran el mejor pedazo de carne o esas galletitas que tanto le gustaban.
No estaba sola.
Estaba con ella misma.
Su lugar, sus libros, su propio calor construído después de tantos fríos y noches heladas de llanto, cuando creía que "la falta de" (pareja, hijos, padres, etc) era una sentencia que se movía sobre ella como el péndulo del famoso cuento de Edgar Allan Poe y creía que era esencial tener lo que "todos tenían".
No entendía que se puede tener todo pero sentir que el vacío abruma e impide que el aire pase por la garganta.
 Que no todo lo que brilla es oro.
Hoy lo comprendía.
Se levantó y se miró al espejo. Seguía sonriendo.
En la mesa de la cocina, desde hacía dos días descansaba el informe médico en el cual "la sospecha de" se había disipado.
Dios le habló a través de esa señal.
Y comprendió lo maravilloso que era estar viva.
Tenía una nueva oportunidad.
Y esta vez no iba a desperdiciarla...